¡Hola! Soy Anna, y como muchos sabéis, soy de Lleida pero vivo en Buenos Aires desde hace 7 años. Hoy me apetece compartir algo más personal: mi propia aventura viviendo entre dos idiomas y dos culturas tan queridas.
El ‘shock’ inicial (y las risas)
Llegar a Argentina fue emocionante, pero también un desafío lingüístico. Aunque el castellano y el catalán se parecen, ¡hay tantas pequeñas diferencias y ‘falsos amigos’ que dan lugar a situaciones cómicas!
Te cuento algo que me pasó al poco de llegar a Buenos Aires. Quedé con unas amigas de la universidad y una dijo «Recién me compré unas calzas negras hermosas, se las muestro». Y yo me quedé sorprendida 😲 porque estábamos en una plaza y en catalán decimos «calces» [calsas] a la ropa interior femenina (bragas / bombachas). Entonces yo le dije que no hacía falta, que podía ser en otro momento, pero ella ya las estaba sacando de la mochila. Y ahí vi que sacaba lo que en España diríamos «leggins» y no entendí nada 😅.
Lo que me ayudó a mí (y te puede ayudar a ti)
Como hispanohablante aprendiendo a moverme en un entorno 100% castellano (y luego enseñando catalán a hispanohablantes), he aprendido algunas cosas:
Abrazar las similitudes: ¡Aprovecha todo lo que ya sabes!
Cuidado con los ‘falsos amigos’: Son divertidos, pero hay que conocerlos (como ‘constipat’ vs ‘estreñido’).
La pronunciación: Sí, hay sonidos diferentes (la vocal neutra, la ‘l·l’…), pero no te obsesiones. ¡La comunicación es la clave!
Sumergirse sin miedo: Escucha, lee, intenta hablar aunque cometas errores.
Mi consejo desde el corazón
Si eres hispanohablante y estás aprendiendo catalán, ¡no te desanimes! Tienes una ventaja enorme. Disfruta del proceso, sé curioso/a y celebra cada pequeño avance.
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